Joaquín Triandafilide
El programa reforzará la investigación y la acción de quienes se desempeñan en labores educativas, para que niños y jóvenes puedan aprender a reflexionar, planificarse, organizarse en sus estudios de manera más efectiva.
El cerebro humano es una estructura
asombrosa. Se moldea y remodela constantemente como resultado de la
experiencia, aunque puede iniciar este proceso por su cuenta, sin recibir
aportes del mundo exterior. Para trabajar este órgano en los niños, la
Asociación Chilena de Neuroaprendizaje creó el Diplomado en Neurociencia
Educativa –mención Investigación en el Aula- que ayudará a docentes y padres a
mejorar el aprendizaje de niños y adolescentes.
“En la Asociación nos dedicamos a la
neurociencia educativa, un campo científico emergente que une las
investigaciones de la neurociencia cognitiva, la neurociencia del desarrollo
cognitivo, la psicología educativa, la tecnología educativa, la teoría de la
educación y otras disciplinas relacionadas para explorar las interacciones
entre los procesos biológicos y la educación”, explica el codirector del
programa, Joaquín Triandafilide.
Según el investigador, la neurociencia ofrece
tres grandes áreas de ayuda para quien educa, ya sean docentes, madres o
padres: principios universales para organizar mejor el aprendizaje y orientarla
hacia la gestión de las emociones, la generación de hábitos y la toma de
decisiones; variables individuales como el estrés, cuyo umbral es distinto en
cada persona; y mejores prácticas de enseñanza, donde se incluyen las técnicas
para el aprendizaje en grupo, por ejemplo.
En
este contexto, la especialista en aprendizaje, Anya Doherty, destaca la
importancia de las funciones ejecutivas en el aprendizaje, esto es, el conjunto
de componentes cerebrales que hacen posible que las personas se desenvuelvan
funcionalmente y puedan lograr objetivos complejos. “Las funciones ejecutivas
se pueden entrenar, a través de diversas actividades para ayudar con
planificación, organización y rutinas; enseñarles a sintetizar la información
de las clases y generar el habito de reflexionar sobre sus procesos educativos”,
afirma.
La neurociencia es un campo de la ciencia que
estudia el sistema nervioso y todos sus aspectos: estructura, función y
desarrollo del cerebro, entre otro. El objetivo de la neurociencia educativa es
reflexionar sobre las investigaciones en temáticas aparentemente vinculadas y
decidir qué impacto deberían tener sobre las prácticas educativas y la
definición de políticas públicas al respecto.